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El atol de la clase media no cuaja

El Cayapo

Nosotros los pobres, esclavos clásicos o modernos; seamos intelectuales o manuales, auxiliares o no, vigilantes, secretarias, ingenieros, médicos, artistas, o buhoneros, trabajadores del campo, con más o menos salarios, ignorantes o sabios, del gremio, del sexo, del color, de la ideología, de la política que profesemos o nos esclaviza el cerebro. Todos y cada uno de nosotros estamos sometidos a los vaivenes de una gran guerra de dueños, por el control en todo el planeta.

Los dueños tienen la necesidad de eliminar grandes lotes de mercancía, maquinarias, edificios, y estructuras, quemar armas de guerra y municiones, que hoy le son un lastre muy costoso; pero por sobre todas las cosas necesitan deshacerse de una gran parte de nosotros, porque somos una mercancía que se reproduce a sí misma, sin el control del aparato de producción; también necesitan eliminar los Estados naciones y privatizar todas las instituciones que le conforman, sea ejército, salud, educación, información, diversión, arte, cárcel, manicomio, cementerios.

Los dueños buscan en definitivo, imponer la absoluta explotación o control del botín a través de sus estructuras organizativas, expresadas en las grandes corporaciones monopólicas, con las cuales de manera encubierta, han dirigido al mundo; pero hoy tienen la necesidad de hacerlo descaradamente.

Las cartas están echadas y descubiertas sobre la mesa, ya no hay disimulo, cada quien tiene claro su papel e interés.

Ante este panorama, los pobres en Venezuela, estamos formados en una gran fuerza, sostenemos a un gobierno que tiene la disposición de protegernos ante la embestida del humanismo, eso no le ha permitido a los dueños, crear un ejército de pobres que nos enfrente, porque la clase media es como el atol, no cuaja mojón; por eso buscan desesperadamente por medio de la violencia terrorista, justificar la invasión, única manera que tienen para intentar salir del gobierno.

Pero ser una gran fuerza cohesionada, no basta; necesitamos constituirnos en un gran ejército de pensadores políticos, con un alto grado de conocimiento de nuestra tarea histórica, con un alto nivel de planificación y cumplimiento de los objetivos, porque no sabemos hasta cuando se podrá sostener esta situación, sin que nos devolvamos por la fuerza de la costumbre, a la tragedia cotidiana de la explotación.

El problema para nosotros los pobres, es como desmitificamos, como desmontamos, todo el imaginario burgués, todo el pensamiento humanista; porque nada de ese pensamiento sirve para crear lo distinto, porque todo ese pensamiento es única y exclusivamente dedicado a la exaltación del individuo como centro del universo, el individuo como sustituto de Dios, todo el aparataje de guerra, está a su servicio, todo el arte, todo el deporte, toda la fábrica, sea de forraje, calzado, drogas, vestido, energía o armas; todo el andamiaje de la enfermedad y su cura, todo el aparato de educación; están prestos para transmitir y repetir el conocimiento que nos mantiene esclavos, todo el aparato ideológico sea del signo que sea; religioso, espectáculo, diversión, turismo, internet, cine, televisión, prensa, radio, tanques de cerebros, son su soporte; todo el aparato de drogadicción, sea legal e ilegal está a sus órdenes y control, todo ejército, toda ley, todo gobierno; todo manicomio, toda cárcel, todo cementerio, observan sus pautas, todo gremio, todo partido, toda ONG, respetan sus directrices; no hay nada de la verdad física e ideológica, que no esté a su entera disposición para expoliar la verdad natural, y no hay cuerpo de gente que no siga sus designios; aun cuando manifestemos por vía oral, estar en su contra; el cuerpo habla en demasía.

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